Este año 2020 no es como los anteriores y el Getafe Negro de esta edición, la trece, se ve obligado a reinventarse y a apostar por nuevas vías para que el virus y el confinamiento bajo los que llega a la ciudad, lejos de arrinconarlo, sean un estímulo para hacerlo más grande y llevarlo más lejos.
Nuestra actividad será sobre todo online, pero para compensarlo vamos a proponer a quienes quieran acompañarnos una de las ofertas más amplias, ricas y diversas de nuestros doce años de historia. La programación habla por sí misma, en lo que toca a los nombres, pero como siempre nos interesan los asuntos y el discurso.
No hemos querido hacer un festival pandémico, aunque la tentación fuera fuerte; preferimos poner el foco sobre aquello que ya estaba ahí antes y este virus sólo ha hecho más visible y también sobre lo que viene a partir de ahora, aunque al respecto apenas puedan en este momento darse respuestas. Nos conformamos con dejar planteado un puñado de preguntas pertinentes: sobre la desigualdad, sobre el desasosiego de personas mayores y jóvenes, sobre el golpe que la naturaleza nos devuelve después de tantas décadas ignorando sus y nuestros límites. Para ello contamos con la mirada de escritores y escritoras que intentan ver más allá y estimular nuestra reflexión, nuestra curiosidad y nuestra imaginación, sin olvidar de dónde venimos, como lo hace la ganadora del Premio Sampedro de este año, Adela Cortina (y como lo hizo el propio Sampedro). Honrar esa memoria y cultivar esa inquietud es, en esta como en toda hora crucial, la mejor manera de intuir hacia dónde vamos.